El astillero holandés Oceanco acaba de lanzar el yate Black Pearl, un velero de 106 metros de eslora y tres mástiles, que define como «el yate de vela más grande del mundo» y como el exponente «de una nueva generación de embarcaciones».
El sector náutico, que también está buscando formas de propulsión más eficientes y que respeten el medio ambiente, está apostando de nuevo por el viento como elemento de suministro energético clave para las embarcaciones del futuro. DynaRig, un sistema de propulsión eólica ideado por el ingeniero alemán Wilhelm Prölß –con patente- en 1960, es el punto de partida del yate Black Pearl y las embarcaciones que están por venir.
Desarrollado junto a la Universidad de Hamburgo y con el apoyo económico del Senado de Hamburgo, Wilhelm Prölß trabajó hasta su muerte en el desarrollo del ‘DynaSchiff’, un barco de 160 metros con seis mástiles de acero y velas incorporadas que prometía un ahorro de combustible de entre el 40% y el 60% y un mayor respeto al medio ambiente. Sin embargo, y a pesar de que se hicieron prototipos a escala y pruebas en túnel de viento, los DynaSchiff no vieron la luz en esa época porque los materiales para la construcción de los mástiles eran demasiado pesados, la hidráulica no era lo suficientemente avanzada y los controles de vela requerían de mucho personal.
No fue hasta los 2000 cuando se empezó a hacer realidad este sistema de velas en un yate. Tom Perkins, inversor capitalista de riesgo, implantó este concepto como sistema de suministro energético para el yate Halcón Maltés. Los avances en materiales, tecnología de sensores, velas plegables automatizables, y optimización por computadora de los ángulos de navegación y sistemas hidráulicos confiables permitieron que el DynaRig finalmente fuera factible. Dykstra Naval Architects fue uno de los diseñadores de este yate y que también firma el Black Pearl. El Halcón Maltés ha resistido la prueba del tiempo, ha demostrado el concepto, y los mástiles no han caído.
Por su parte, Black Pearl desde su lanzamiento ha demostrado ser un yate de vela referente de nueva generación con una identidad única y no solo el yate de vela más grande del mundo. Además de un sistema de DynaRig de última generación, la embarcación tiene la sala de máquinas de un solo nivel, un sistema de instalación de propulsión híbrida –ideado por BMT Nigel Gee-, y un modo de recuperación de calor residual.
El sistema de velas es capaz moverse o plegarse presionado un solo botón: los 2.900 metros cuadrados de velas se pueden izar en siete minutos. Según Oceanco, este yate está listo «para llamar la atención del mundo ahora y en las próximas décadas». Black Pearl mide 106,7 metros de largo, tiene un haz de 15 metros y alcanza velocidades de hasta 30 nudos.
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